La verdadera vida para los egipcios, empezaba después de la muerte. Para asegurarse esta vida había que proteger el cadáver del faraón, de ahí que se desarrollaran las técnicas de momificación. Las tumbas las preparaban para que disfrutaran de una vida como la terrenal o mejor.Una larga evolución del pensamiento egipcio condujo al establecimiento de una concepción religiosa-funeraria que fue la característica del Egipto dinástico. El faraón ocupaba la posición principal en lo más alto de la jerarquía política y social. Sin embargo en Egipto el rey era más que un simple jefe de estado su posición privilegiada en el mundo de los dioses, los hombres y los espíritus de los muertos era necesaria para mantener el orden divino.
Los complejos funerarios construidos para los faraones tardaban décadas en concluirse y requerían inversiones a largo término para asegurar la continuación del culto al rey muerto.
Cada una de las escenas de ofrendas que se realizaba al faraón, una vez muerto, se convertiría en algo real en el más allá.En las paredes de esas tumbas se hallan imágenes de grandes dimensiones del fallecido, las cuales destacan su grande importancia en vida.
